Las organizaciones que suscribimos el presente documento estamos comprometidas con la mejora del bienestar de la comunidad educativa y manifestamos lo siguiente:
- Son numerosas las necesidades y problemáticas que se producen en los contextos educativos que requieren de una atención especial para mejorar el bienestar de la comunidad educativa: abandono escolar, trastornos emocionales, acoso escolar, ciberbullying, prevención de violencia de género, violencia filioparental, prevención del suicidio, adicciones a nuevas tecnologías, prevención de consumo de drogas, burnout del profesorado… Como vienen constatando diversos estudios e informes, la crisis provocada por la Covid-19 ha incrementado este tipo de necesidades y problemáticas.
- El Consejo Escolar del Estado es conocedor de esta situación y ha planteado que las Administraciones deben atender los problemas relacionados con la salud mental, agravados por el largo periodo de la pandemia y que están incidiendo en la falta de motivación, en problemas de concentración y en síntomas depresivos, que en ocasiones pueden conllevar trastornos de conducta y comportamientos lesivos, reclamando además que se responda a las necesidades de organización de los recursos humanos de los centros generadas por la pandemia (CCE, 2022)(1).
- La Organización Mundial de la Salud viene planteando desde hace tiempo que los centros educativos son los entornos más importantes para la promoción de la salud y las intervenciones preventivas entre niños y jóvenes (OMS, 2004)(2), pues hay abundante evidencia que demuestra que los programas realizados en el ámbito educativo pueden influir sobre la salud mental positiva, reducir los factores de riesgo, los problemas emocionales y de conducta a través de un aprendizaje socioemocional e intervenciones ecológicas.
- El bienestar psicológico es tan imprescindible para el desarrollo personal, como para la mejora de los procesos de aprendizaje y los resultados académicos, por lo que va siendo hora de que en España se tengan más en cuenta las evidencias a este respecto, fomentando unos contextos educativos más saludables y aplicando programas específicos, basados en la evidencia, desarrollados por personal experto en Psicología. A este respecto hay que destacar que el Congreso de los Diputados, el 24 de noviembre de 2020, aprobó la Proposición no de Ley relativa a impulsar un Plan, coordinado con las Comunidades Autónomas, para evitar el incremento del abandono escolar temprano derivado de la situación de la pandemia a causa de la COVID-19(3). En ella se insta a desarrollar diversas medidas, entre las que se encuentra «Introducir medidas de acompañamiento y refuerzo psicológico ante la detección de problemas emocionales, de ansiedad o de autoestima incrementados por los efectos de la pandemia».
- En este contexto, reclamamos que las Administraciones públicas competentes adopten medidas dirigidas a favorecer unas condiciones más saludables en los centros educativos, entre las que destacamos:
- No saturar los centros educativos con excesos de grupos de alumnado, respetando el número de líneas (grupos por curso) para el que está diseñado cada centro educativo.
- Cubrir eficaz y rápidamente las bajas laboralesde los docentes.
- Reducir las ratios de alumnadopor docente, incrementando el número de profesorado contratado.
- Reducir la temporalidad del personal, de tal manera que se garantice la estabilidad laboral y la consolidación de equipos docentes en los centros educativos.
- Reforzar la orientación educativay profesional al alumnado vulnerable.
- Dimensionar proporcionalmente los contenidosde los programas de las asignaturas a las posibilidades temporales de impartición y aprendizaje del alumnado, de tal manera que se evite programar más contenidos de los que realmente se pueden asimilar.
- El cuidado del bienestar del profesorado, alumnado y sus familias requiere además reforzar las acciones dirigidas a tal fin en los centros educativos, contando con personal específicamente cualificado para esta misión, por lo que también reclamamos que:
- Las Administraciones educativas apoyen de manera decidida el desarrollo del Estudio PsiCE (Psicología en Contextos Educativos)(4), dirigido a prevenir los problemas emocionales en contextos educativos a la vez que se mejora el ajuste emocional y social, así como los procesos de aprendizaje del alumnado.
- Se desarrollen en los centros educativos programas de evaluación e intervención basados en la evidencia, como el que se va a aplicar en el Estudio PsiCE, dirigidos a mejorar el bienestar de la comunidad educativa.
- Estas acciones de evaluación e intervención sobre problemas psicológicos tienen que estar planificadas y dirigidas por personal experto en Psicología Educativa. La incorporación de este profesional a los centros educativos puede regularse de diversas maneras, con la finalidad de mejorar el bienestar de la comunidad educativa, la educación emocional y la atención a la diversidad.
- Las Administraciones educativas competentes deben incorporar progresivamente a este personal experto en Psicología a las plantillas de los centros educativos, donde sus Programaciones deben reservar tiempos y espacios adecuados para el desarrollo de esos programas de evaluación e intervención, dirigidos a mejorar las competencias emocionales y el bienestar del profesorado, alumnado y familias.